La luz de aquella tierra

En los primeros meses de 1939, cerca de medio millón de republicanos españoles huyen a Francia en un éxodo masivo. Al pasar la frontera francesa el sueño de libertad se desvanece rápidamente. Los gendarmes franceses les detienen y les van repartiendo en campos de concentración improvisados en la costa francesa.

El gobierno mexicano de Lázaro Cárdenas abre sus puertas a los republicanos españoles y a mediados de 1939 comienzan a llegar las primeras embarcaciones a las costas mexicanas.

En 1945 se calcula que la cifra de exiliados republicanos en México llega a los 16.000, de los cuales aproximadamente el 40% son mujeres.

A las vicisitudes del propio exilio tienen que sumarle todas las trabas que le son impuestas por razón de su género. Así, los subsidios que las organizaciones de ayuda a los republicanos otorgan, se reciben sólo a través de los maridos. A ellas se les conceden ayudas únicamente para máquinas de coser, lo cual le dificulta el acceso a otras tareas de mayor envergadura tradicionalmente asignadas a los hombres.

El mercado laboral y el entorno social no ayudan a que la mujer pueda desarrollarse laboralmente.
En el México de los años 40 la mujer ni si quiera tiene derecho a voto.

Sin embargo son ellas quienes desempeñan un papel fundamental en la transmisión generacional de la cultura a través de la familia y la escuela.

Esta es la historia de un puñado de esas mujeres, republicanas, que un día tuvieron que abandonar su país tratando simplemente de sobrevivir.

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