Coro Arizmendi
"Coro Arizmendi"
Óleo y acrílico sobre lienzo
146 x 114 cm
2012

Maria del Coro Arizmendi Otaegui (San Sebastián, 1929)

Durante su infancia Coro vive en Madrid con sus padres y sus dos hermanas. Pasan los veranos en San Sebastián. Durante el verano de 1936 todavía no han marchado hacia San Sebastián cuando se produce el Golpe de Estado.  La familia decide trasladarse a Cataluña y se instala en Barcelona donde el padre, capitán de los carabineros, sigue trabajando fiel a la República.

Durante su estancia en Barcelona cuando las sirenas anuncian la llegada de los bombardeos, la madre de Coro lleva a sus hijas a la playa atravesando los rieles del tren, y las entierra en un agujero en la arena hasta que finaliza el bombardeo. Por las noches, Coro y sus hermanas duermen vestidas por si hay que salir en mitad de la noche a refugiarse en la playa. Esta dinámica causa fuerte impresión en Coro, y le provocará graves trastornos en el futuro, que deberán ser tratados por un psiquiatra.

El padre de Coro decide trasladar a la familia cerca de La Junquera donde está su puesto de trabajo. Allí la hermana mayor de Coro comienza a ir al instituto a estudiar. Marcha cada día en moto y al regresar da clases a sus hermanas pequeñas.

A mediados de febrero, la familia de Coro marcha a Francia bajo la lluvia y los bombardeos, entre miles de heridos de guerra, mutilados, niños, ancianos,  gentes cargando cajas y canastas por la carretera. Por el camino cada cierto tiempo deben ponerse a cubierto en las cunetas para resguardarse de los aviones que les ametrallan y les lanzan bombas.

Al llegar a Francia se instalan Le Boulou durante unos meses donde Coro comienza a ir a la escuela.

De allí marchan a Marsella donde el padre de Coro intenta solucionar los trámites para salir hacia América, enterado de que muchos republicanos están siendo repatriados a España y entregados a Franco. El cónsul de México, Gilberto Bosques, les consigue un pasaje y a mediados de enero de 1941 parten en el barco Alsina junto a cientos de republicanos y judíos que huyen de la ocupación nazi en Francia. Viajan hacinados en las bodegas. El barco se detiene en el puerto de Dakar, en el Senegal francés, donde permanecen varios meses prácticamente sin poder salir del barco.

De Dakar son llevados a Casablanca donde son internados en un campo de concentración. Duermen sobre colchones de paja en barracones sin mosquiteras en las ventanas lo que origina casos de paludismo, entre otros, a Coro y a su madre. No llega a curarse del todo hasta su llegada a México.

A finales de octubre de 1941 consiguen embarcar en el Quanza rumbo a México. El 20 de noviembre llegan a Veracruz donde deciden quedarse a pesar de que ellos contaban con un visado para Venezuela. Se trasladan a Ciudad de México donde consiguen un apartamento. Coro comienza a ir con su hermana menor al Colegio Madrid, formado en junio de ese mismo año por republicanos exiliados. Al terminar la enseñanza primaria pasan a estudiar bachillerato al Instituto Luís Vives, otra de las instituciones educativas formadas por exiliados republicanos, heredera del Instituto Escuela republicano. Allí entra en contacto con Emilio Prados, poeta de la Generación del 27 que acude al Instituto regularmente para que los alumnos tomen contacto con la poesía española.

Al terminar el bachillerato estudia la carrera de odontología en la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México). Posteriormente, marcha con una beca a Nueva York a estudiar con un cirujano oral especializado en cirugía maxilofacial. Al regresar a México comienza a trabajar con un doctor exiliado que le presta el despacho por las tardes hasta que empieza a hacer su clientela y decide coger un despacho para su propia consulta que llega a mantener durante cincuenta años. En su consulta Coro acoge a exiliados republicanos primero y posteriormente a aquellos que van llegando de Latinoamérica huyendo de las respectivas dictaduras: Chile, Uruguay, Argentina, Brasil… Coro les atiende a todos aparte de sus clientes y acaba así convirtiéndose en la “doctora del exilio”.  Trabaja desde las siete de la mañana hasta las nueve de la noche.

Entra en contacto con la comandante Ramona, del EZLN (Ejército Zapatista de Liberación Nacional), a la cual trata de un problema grave en las encías y traba amistad con ella. A través de ella toma contacto con el EZLN y comienza a tratar en su consulta a todos los chicos que luego irían a la Selva Lacandona como guerrilleros del EZLN, para que entren todos en la selva sin problemas bucales. Les atiende gratuitamente en sus horas de descanso, a solas, a mediodía, con lo cual deja de comer durante una temporada lo cual le produce anemia. A las mujeres zapatistas, antes de marchar a la selva, les da cursillos y les entrega el equipo necesario para que sepan hacer extracciones en caso de ser necesario. En su consultorio colabora vendiendo a sus clientes los productos de artesanía que fabrican para apoyo del EZLN. Posteriormente realiza visitas a las cárceles para hacer curas a presos zapatistas o colaboradores. En la actualidad, Coro es una firme defensora de los derechos de todos los grupos indígenas oprimidos de América Latina.

Nunca se llega a casar pero cría a sus tres sobrinos a los que lleva diariamente al Instituto Luís Vives antes de ir a trabajar.

En 1979 al morir su padre, Coro viaja a España a visitar a sus primos. Desde entonces viene a España regularmente. Asegura no entender por qué España es tan monárquica. Nunca ha militado en ningún partido pero se considera una mujer republicana y tajantemente de izquierdas. Considera el franquismo un problema no resuelto. Pone como ejemplo el caso de la justicia española, que asegura sigue siendo franquista. Cree necesario mantener viva la Memoria Histórica republicana, ya que según ella “la historia necesita saberse y estar presente en el futuro de la humanidad”.

Fuentes:

  • Entrevista a Coro Arizmendi, 5 marzo 2012. México DF.
  • Entrevista a Coro Arizmendi, 12 marzo 2012. México DF.